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El envejecimiento y la fertilidad

El envejecimiento es, en general, un proceso lento y progresivo. Lo notamos poco a poco en la piel, en el cuerpo, en la energía o en la salud general. Sin embargo, cuando hablamos de fertilidad femenina, este proceso no sigue la misma lógica.
De hecho, el envejecimiento reproductivo avanza a un ritmo mucho más acelerado, especialmente a partir de los 35 años. Y esta diferencia entre el reloj biológico y el reloj reproductivo es clave a la hora de tomar decisiones informadas sobre la maternidad.

En este artículo te explicamos por qué la fertilidad femenina no envejece de manera lineal, cómo cambia la calidad ovárica con la edad y por qué es fundamental no dejar pasar el tiempo si deseas ser madre en el futuro.

¿Por qué creemos que la fertilidad envejece igual que el cuerpo?

Muchas veces asumimos que, como el envejecimiento general del cuerpo es progresivo y gradual, la fertilidad funcionará igual. Pensamos que si estamos sanas, tenemos menstruaciones regulares y no hay síntomas visibles de envejecimiento, entonces todavía tenemos mucho tiempo para ser madres.
Pero la realidad biológica es muy distinta.

A diferencia de otras funciones corporales, la reserva ovárica y la calidad de los óvulos disminuyen de forma acelerada con la edad, especialmente a partir de los 35 años. Y este descenso no se percibe fácilmente, porque puede no haber señales físicas evidentes hasta que se intenta concebir.

El punto de inflexión: entre los 35 y los 40 años

Según múltiples estudios en medicina reproductiva, el deterioro ovárico no es lineal. Para entenderlo mejor, hagamos una comparación:

  • De los 20 a los 35 años, es decir, en 15 años, se pierde una cierta proporción de capacidad reproductiva.

  • Pero entre los 35 y los 37 años, en solo 2 años, se pierde la misma eficacia reproductiva que en los 15 años anteriores.

  • Y lo más impactante: de los 37 a los 40 años, se vuelve a perder otro tanto equivalente.

Esto quiere decir que en solo 5 años, entre los 35 y los 40, el ovario sufre un deterioro comparable a 30 años de envejecimiento cronológico.

En resumen:

  • 15 años (20-35) = pérdida progresiva

  • 2 años (35-37) = misma pérdida que en los 15 anteriores

  • 3 años (37-40) = otra pérdida equivalente a 15 años

Así, de los 35 a los 40 años, el envejecimiento ovárico se acelera drásticamente. Es como si esos 5 años equivalieran a tres décadas de envejecimiento reproductivo.

¿Por qué ocurre este envejecimiento acelerado del ovario?

Las mujeres nacen con un número limitado de óvulos, y ese número va disminuyendo con cada ciclo menstrual. A medida que pasan los años:

  • Disminuye la cantidad de óvulos (reserva ovárica)

  • Disminuye la calidad de los óvulos (más alteraciones cromosómicas)

  • Aumenta la dificultad para lograr un embarazo natural

  • Se incrementa el riesgo de aborto espontáneo y de problemas genéticos en el embrión

Este fenómeno se debe a la acumulación de daños celulares, al envejecimiento mitocondrial y a la falta de renovación de los óvulos, que permanecen “en pausa” desde el nacimiento hasta su ovulación, a veces décadas después.

¿Qué implicaciones tiene esto en la planificación familiar?

La clave está en tomar decisiones acertadas y a tiempo. Muchas mujeres piensan en la maternidad cuando ya han alcanzado estabilidad profesional, personal o económica, lo cual ocurre con frecuencia pasados los 35 años. Sin embargo, si no se tiene en cuenta el impacto del tiempo en la fertilidad, se pueden perder oportunidades irreversibles.

Algunas recomendaciones:

  • Si deseas ser madre algún día, consulta con un especialista antes de los 35 años para conocer tu reserva ovárica.

  • Si no planeas un embarazo a corto plazo, considera opciones como la preservación de la fertilidad (vitrificación de óvulos).

  • Infórmate sobre los riesgos de postergar la maternidad y las posibles dificultades para concebir de forma natural.

El tiempo importa más de lo que crees

Aunque el envejecimiento corporal es visible y gradual, el envejecimiento reproductivo es silencioso y acelerado. La ventana de alta fertilidad no es tan amplia como parece, y entre los 35 y los 40 años ocurre un descenso brusco en la calidad y cantidad de los óvulos.

Por eso, si tienes planes de maternidad en el futuro, infórmate, planifica y no dejes pasar el tiempo sin actuar. Porque en cuestiones de fertilidad, cada año cuenta… y, a veces, un solo año puede equivaler a una década para tu reloj biológico.