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El problema de la desinformación en la reproducción asistida

Cuando una pareja —o una persona sola— decide dar el paso de tener un hijo, empieza un camino que puede estar lleno de ilusión… pero también de dudas, miedos e incertidumbre. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan muchas personas que desean quedarse embarazadas no es solo la dificultad física o médica: es la desinformación.

Y es que la salud reproductiva sigue siendo un tema del que se habla poco, se conoce menos y, a menudo, se rodea de mitos o información poco fiable.

¿Qué sabemos realmente sobre nuestra salud reproductiva?

Nos educan sobre cómo evitar un embarazo, pero pocas veces se habla con claridad sobre cómo lograrlo cuando se desea. ¿Sabemos cómo funciona realmente nuestro cuerpo? ¿Somos conscientes de cómo influyen factores como la edad, el estilo de vida o los antecedentes médicos personales y familiares?

La respuesta, muchas veces, es no. Y eso puede tener consecuencias importantes, sobre todo si dejamos pasar el tiempo esperando a que «ocurra de forma natural», sin entender bien qué está pasando.

La espera: un factor muchas veces negativo

Uno de los errores más comunes es posponer la búsqueda de soluciones. Muchas personas creen que «es normal tardar» o que «ya llegará el momento», sin tener en cuenta que el tiempo es uno de los factores clave en fertilidad.

Por ejemplo, en el caso de las mujeres, la reserva ovárica y la calidad de los óvulos disminuyen de forma progresiva con la edad. A partir de los 35 años este proceso se acelera, y después de los 40, las posibilidades de embarazo natural se reducen notablemente. Esto no quiere decir que sea imposible, pero sí más complejo.

En el caso de los hombres, aunque el impacto de la edad no es tan marcado, también puede haber alteraciones en la calidad del semen con el paso del tiempo o debido a ciertos hábitos o enfermedades.

¿Influyen los antecedentes personales o familiares?

Sí, y mucho. Enfermedades previas como endometriosis, miomas, ovario poliquístico o infecciones no tratadas pueden afectar a la fertilidad. También los antecedentes familiares de menopausia precoz, abortos recurrentes o problemas hormonales deben tenerse en cuenta.

Por eso es tan importante contar con una evaluación personalizada cuando la concepción no llega o si existen dudas desde el principio.

¿Dónde buscamos información?

Este es otro gran problema: cuando surgen dudas, muchas personas acuden directamente a Internet, a foros o redes sociales, donde la información no siempre es precisa, actualizada o adaptada a su caso particular.

Y aunque es normal querer buscar respuestas, la clave está en acudir a fuentes fiables, profesionales y especializadas. Solo así se pueden tomar decisiones informadas y evitar la frustración que muchas veces aparece tras meses (o años) de intentos sin éxito.

Tener las ideas claras: el primer paso hacia una solución

Tener claro en qué punto estamos, cuánto tiempo llevamos intentando concebir y qué factores personales pueden influir es fundamental para saber si necesitamos ayuda y de qué tipo.

En una clínica de reproducción asistida, el objetivo no es solo ofrecer tratamientos, sino también orientación, escucha y acompañamiento. Cada caso es único, y lo que sirve para una persona puede no ser lo adecuado para otra. Por eso, el diagnóstico individualizado es tan importante.

Si tienes dudas sobre tu fertilidad, si llevas tiempo intentando quedarte embarazada sin éxito, o si simplemente quieres saber más sobre tus opciones, no lo dejes pasar. Informarte bien es el primer paso hacia el embarazo que deseas.