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Embarazo a los 43 años: lo que debes saber sobre fertilidad, edad y salud del futuro bebé

Muchas mujeres deciden hoy en día posponer la maternidad por razones personales, profesionales o simplemente porque no se ha presentado el momento adecuado. Sin embargo, cuando una mujer se plantea ser madre a los 43 años, es fundamental comprender los límites naturales que impone la biología, especialmente en lo que respecta a la calidad de los óvulos y a la probabilidad de tener un bebé sano.

La fertilidad femenina: una curva con límites

La fertilidad en la mujer no es constante a lo largo de la vida. Desde el punto de vista biológico, estamos diseñados para reproducirnos en edades jóvenes. De hecho, las curvas de fecundidad y de probabilidad de tener un niño sano siguen trayectorias muy similares: ambas alcanzan su punto máximo en torno a los 28-30 años y comienzan a descender de forma progresiva a partir de entonces.

A los 43 años, la calidad de los óvulos ha disminuido considerablemente. Aunque una mujer puede seguir ovulando, la posibilidad de que ese óvulo sea genéticamente normal es mucho menor que en edades más tempranas. Y este factor es clave no solo para lograr el embarazo, sino para que el bebé nazca sano.

No es solo más difícil conseguir el embarazo…

Uno de los datos más preocupantes a partir de los 38-39 años es que no solo cuesta más quedarse embarazada, sino que también aumentan de forma muy significativa las probabilidades de sufrir un aborto espontáneo. A los 43 años, el riesgo de pérdida gestacional temprana puede superar el 50%.

Esto se debe a que, con el paso del tiempo, los óvulos acumulan alteraciones genéticas que dificultan el desarrollo embrionario normal. De ahí que muchas mujeres que logran un embarazo a edades avanzadas, incluso con ayuda médica, puedan experimentar pérdidas en etapas muy tempranas.

¿Y cuál es el papel del hombre en todo esto?

El factor masculino también es importante, pero tiene sus propios límites. El papel del hombre en este contexto es acompañar, apoyar y colaborar para que la mujer alcance su máxima fertilidad posible en cualquier momento de la vida. Sin embargo, por muy buena que sea la calidad del esperma, siempre va a estar condicionado por el potencial reproductivo de la mujer.

La fertilidad femenina es la que marca, en gran medida, las reglas del juego. Por ejemplo, aunque se utilice esperma de excelente calidad, si el óvulo no es viable o el ambiente uterino no es adecuado, el embarazo no prosperará. Así, el factor masculino puede sumar, pero no puede compensar completamente los límites naturales impuestos por la edad femenina.

¿Qué opciones existen a los 43 años?

La buena noticia es que, gracias a los avances en reproducción asistida, hoy existen alternativas para mujeres que desean ser madres en etapas más tardías de su vida fértil. Algunas de las opciones que pueden considerarse son:

  • Fecundación in vitro (FIV) con óvulos propios, aunque con menores tasas de éxito.

  • FIV con ovodonación, que ofrece mayores probabilidades de éxito y de tener un bebé sano, ya que los óvulos provienen de mujeres jóvenes.

  • Estudios genéticos preimplantacionales (PGT-A) para seleccionar embriones genéticamente normales, si se trabaja con óvulos propios.

  • Preservación de la fertilidad (congelación de óvulos), idealmente realizada años antes, para tener más oportunidades reproductivas en el futuro.

Reflexión final

Ser madre a los 43 años es posible, pero requiere una visión realista, información clara y acompañamiento médico especializado. La edad sigue siendo uno de los factores más determinantes en el camino hacia la maternidad. Por eso, en nuestra clínica siempre recomendamos consultar con un especialista lo antes posible si estás pensando en ser madre, sin importar tu edad.

Recuerda que puedes escribirnos con cualquier duda o sugerencia a 📧 dudas@embryocenter.es. Estamos aquí para acompañarte y ayudarte a tomar la mejor decisión.