Uno de los temas que más curiosidad genera entre las pacientes que visitan nuestra clínica es la posibilidad de un embarazo gemelar tras un tratamiento de fecundación in vitro (FIV). Muchas de vosotras nos lo preguntáis en las primeras citas informativas: “¿Si hago una FIV, voy a tener gemelos seguro?” La realidad es que, aunque el embarazo múltiple puede darse, no es ni mucho menos una garantía ni una consecuencia inevitable del tratamiento. Hoy te explicamos por qué.
¿Qué pasa en una FIV? ¿Se transfieren siempre dos embriones?
Durante un tratamiento de fecundación in vitro, una de las decisiones clave es cuántos embriones se van a transferir al útero de la paciente. Aunque técnicamente es posible transferir más de uno, cada vez más clínicas —incluida la nuestra— optan por la transferencia única de embriones. Es decir, transferir solo un embrión por ciclo, con el objetivo de minimizar el riesgo de embarazo múltiple y garantizar un proceso lo más seguro posible tanto para la madre como para el futuro bebé.
La transferencia de un solo embrión responde a una tendencia médica basada en la evidencia científica y en la búsqueda de embarazos únicos saludables, que presentan muchas menos complicaciones durante la gestación, el parto y el postparto.
¿Y si se transfiere un solo embrión, puede haber embarazo gemelar?
Sí, es posible, aunque poco frecuente. Cuando se transfiere un solo embrión, la probabilidad de que se divida de manera espontánea en dos —lo que daría lugar a un embarazo gemelar monocigótico (gemelos idénticos)— es de entre el 1 % y el 2 %. Es decir, muy baja.
Este fenómeno no depende de la técnica de reproducción asistida en sí, sino de factores biológicos poco predecibles. Aunque es raro, hay casos documentados, y de hecho, pueden suceder también en embarazos naturales.
¿Y si se transfieren dos embriones?
Aquí las probabilidades cambian. Si en el ciclo de FIV se transfieren dos embriones, la posibilidad de embarazo gemelar asciende considerablemente: se estima que está entre el 20 % y el 30 %, dependiendo de varios factores:
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Edad de la paciente: las mujeres más jóvenes tienen mayor capacidad de implantación.
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Calidad de los embriones: cuanto mayor sea la calidad embrionaria, mayores son las posibilidades de que ambos se implanten.
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Historial médico: si la paciente ha tenido embarazos anteriores, también puede influir.
Esto no significa que siempre que se transfieran dos embriones se obtenga un embarazo doble. A veces solo uno se implanta, o incluso ninguno. Pero sí aumenta significativamente la probabilidad respecto a la transferencia única.
¿Por qué no se recomienda la transferencia de dos embriones en todos los casos?
Aunque muchas personas asocian los embarazos gemelares con una experiencia emocionante e incluso deseada, desde el punto de vista médico son considerados embarazos de mayor riesgo. Algunos de los riesgos asociados a los embarazos múltiples son:
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Mayor probabilidad de parto prematuro.
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Bajo peso al nacer.
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Mayor tasa de cesáreas.
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Complicaciones como diabetes gestacional o preeclampsia.
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Riesgos añadidos para la salud de la madre.
Por eso, en la actualidad, se prioriza la transferencia única de embriones, especialmente en pacientes jóvenes o cuando se dispone de embriones de buena calidad. La idea es lograr embarazos más seguros, con tasas de éxito muy similares, pero minimizando los riesgos médicos.
La fecundación in vitro no implica automáticamente un embarazo múltiple. Si bien es cierto que existe la opción de transferir más de un embrión, cada vez se apuesta más por una estrategia médica más conservadora y segura: transferencias únicas con altas probabilidades de éxito y bajos riesgos asociados.
Y aunque siempre existe un pequeño porcentaje de posibilidad de que un embrión se divida espontáneamente, esto es una excepción, no la norma. Si estás pensando en comenzar un tratamiento de reproducción asistida, es importante que hables con tu equipo médico para que te asesore sobre cuál es la mejor opción en tu caso particular, teniendo en cuenta tu edad, tus antecedentes y los objetivos de tu tratamiento.