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¿Cómo afectan a los hombres los problemas de fertilidad?

La fertilidad masculina es un tema que, aunque cada vez más abierto, sigue rodeado de mitos y desinformación. Cuando un hombre se enfrenta a un diagnóstico de infertilidad, como tener un número reducido de espermatozoides o una movilidad disminuida de los mismos, es común que surjan dudas sobre su virilidad, su masculinidad y su vida sexual. Pero, ¿realmente hay una conexión entre fertilidad y virilidad? La respuesta corta es no. Veamos por qué.

El papel del testículo: dos funciones principales

Para entender mejor el tema, empecemos por lo básico. Los testículos tienen dos funciones clave:

  1. Producción de hormonas masculinas (como la testosterona): Estas hormonas regulan características físicas masculinas, el deseo sexual y la energía.
  2. Producción de espermatozoides: Son las células necesarias para la fertilidad masculina.

Ambas funciones son independientes. Esto significa que un problema en la cantidad o calidad de los espermatozoides no implica necesariamente un problema hormonal. Así, una baja fertilidad no afecta tu virilidad ni tu capacidad sexual.

Cuando los números no cuadran

En ocasiones, los análisis pueden revelar que el número de espermatozoides está por debajo de los valores de referencia. Es importante recordar que estos valores son promedios de la población y no una sentencia absoluta. Tener menos espermatozoides no significa automáticamente que no puedas ser padre, solo indica que puede haber dificultades adicionales.

Lo fundamental es entender que la fertilidad masculina está influenciada por múltiples factores, como el estilo de vida, la genética o problemas médicos específicos. Y, sobre todo, este diagnóstico no tiene ninguna relación con tu masculinidad.

¿Por qué seguimos creyendo que afecta a la virilidad?

La creencia de que la fertilidad define la masculinidad tiene raíces culturales y sociales muy antiguas. Frases como «un hombre que no puede tener hijos no es un hombre» o «una mujer que no puede concebir no es una mujer» se transmitieron durante generaciones, fomentando estigmas. Sin embargo, estas ideas están completamente desfasadas.

Hoy sabemos que la fertilidad es solo un aspecto de la salud reproductiva y no define a una persona. Además, los avances médicos permiten tratar muchas de las causas de infertilidad masculina, aumentando las posibilidades de lograr un embarazo.

El impacto psicológico y emocional

Aunque la fertilidad y la virilidad no están conectadas físicamente, el impacto psicológico de un diagnóstico de infertilidad puede ser significativo. La desinformación y la falta de un tratamiento adecuado pueden generar frustración, ansiedad o incluso afectar el deseo sexual.

Es fundamental acudir a especialistas que puedan explicar claramente las causas de la infertilidad, las opciones de tratamiento y las expectativas reales. Una comunicación adecuada puede marcar la diferencia entre sentirte abrumado y encontrar soluciones efectivas.

¿Qué podemos hacer?

La buena noticia es que existen muchas maneras de abordar la infertilidad masculina. Desde cambios en el estilo de vida, como mejorar la dieta o reducir el estrés, hasta tratamientos médicos especializados, las opciones son variadas y personalizables.

Algunas estrategias incluyen:

  • Terapias hormonales cuando sea necesario.
  • Técnicas de reproducción asistida, como la inseminación artificial o la fertilización in vitro (FIV).
  • Suplementos para mejorar la calidad del semen.

Además, tratar los aspectos emocionales de la infertilidad es clave. La psicoterapia y el apoyo de la pareja pueden ayudar a superar sentimientos de inseguridad o frustración.

Fertilidad ≠ Virilidad

Tener dificultades para concebir no te hace menos hombre, ni afecta tu masculinidad o tu vida sexual. La fertilidad es solo una de las muchas áreas de la salud masculina, y los problemas en este aspecto pueden tratarse con éxito en la mayoría de los casos.

Lo importante es derribar los mitos que rodean este tema y buscar soluciones de la mano de profesionales. Recuerda, tu valor no se mide por la cantidad de espermatozoides que produces, sino por quién eres como persona.

Si tienes dudas o necesitas orientación, no dudes en ponerte en contacto con  nosotros. La solución está más cerca de lo que imaginas.